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miércoles, 17 de abril de 2013

EL AMOR EN LA DISCAPACIDAD




Por Claudio Gregoire

Podría comenzar esta columna escribiendo sobre teorías sociológicas del amor y como los seres humanos escogemos pareja. Escribir sobre aquel macho alfa, dominador, poderoso y jefe de la manada que es preferido por las mujeres, ya que les da seguridad y buenas proyecciones. O de aquella mujer hermosa, de buen cuerpo que es sinónimo de fertilidad y buen sexo que vuelve loco a los hombres. Pero en fin… sería una más de las miles de teorías –unas más discutibles que otras-, que tratan de explicar un fenómeno sin lograr aún ponerse de acuerdo. Por ello, prefiero comenzar esta columna no entregando respuestas, sino más bien haciendo preguntas.

¡Acá voy! Y por favor, tómese algunos segundos antes de responder. ¿Cuántas parejas con algún grado de discapacidad ha tenido en su vida? Lo más probable es que ninguna, por lo que saliéndome del tema del amor de pareja, y ampliando el concepto al amor de amistad le pregunto: ¿cuántos amigos ha tenido en su vida que posean alguna discapacidad?

Bien, me imagino que si usted es frecuente lector de este blog, algún grado de cercanía tendrá con la diversidad y, dentro de ella, con la discapacidad. Teniendo eso en mente, y asumiendo que en general todos nos consideramos o decimos ser tolerantes y abiertos de mente, ¿no le parece raro haber respondido negativamente a mis preguntas?

Tranquilo… sé que en este minuto estará pensando que no es su culpa; que nunca ha conocido a nadie con discapacidad por lo que ni siquiera ha tenido la posibilidad de establecer amistad, y menos una relación amorosa.

Tiene razón. Y le agrego algo más a su reflexión, para no crear conflictos: tal vez tampoco los discapacitados sean tan sociables y se acerquen donde está usted. Entonces hay un empate.


Lo lamentable es que esta lógica es la que gobierna al mundo. La lógica de los pares. Aquella que dice que todos, cual más cual menos, tendemos a juntarnos con personas que consideramos como pares. Gente con nuestro mismo nivel socioeconómico, con nuestra misma profesión, historia, inquietudes, proyecciones, etc. Y así, el círculo se va perpetuando y usted, si no lo es, probablemente nunca se junte con pobres, homosexuales, discapacitados, extranjeros, religiosos, ateos, deportistas o lo que sea. Pero bueno, ese es otro tema y me estoy alejando un poco del amor en la discapacidad.

La cuestión es que por distintas razones, el amor en la discapacidad no es de lo más común. Por lo menos en mi caso, y aunque creo que he tenido algún éxito con las mujeres, creo que el tema de la discapacidad ha pesado mucho para tener aún mas. No sólo me ha hecho sentir muchas veces invisible a los ojos de las mujeres a la hora de escoger pareja, sino que una vez pasado este obstáculo, me he sentido presa de la desconfianza y el temor de sus padres por mi discapacidad: que cómo las voy a mantener… si mis hijos serán discapacitados… que cómo las voy a cuidar…. y tantas cosas más.


Pero como todo, de un problema nace una solución y, por lo menos en mi caso, este problema se transformó en un desafío. Y con orgullo puedo decir que más de una pareja tuve en mi vida, todas mujeres muy especiales, y que hoy en día estoy casado con la más especial de todas.

Pero esto no quita el problema central: ni hombre ni mujeres “normales” tienen a los discapacitados dentro del sueño del príncipe azul.

Una vez más no se ponga a la defensiva… pues dentro del mundo de los discapacitados pasa exactamente lo mismo.

De hecho, yo he escuchado a muchos discapacitados decir que prefieren tener parejas “normales”. Y casi por las mismas razones por las que una persona sin discapacidad prefiere tener pareja sin discapacidad. Suena duro pero es así. La discapacidad no es un bien muy apreciado. 

 Y si es hora de hacer confesiones… déjeme decirle que yo tampoco he tenido nunca una pareja con discapacidad. Así que somos muchos los que hablamos más de lo que actuamos.

Como no tengo ninguna teoría concreta del por qué las personas no prefieren a los discapacitados como pareja, ni tampoco le puedo ofrecer una respuesta a sus preguntas, sólo dejo el tema para que usted lo piense tanto como lo estoy pensando yo luego de escribir este artículo.

Y bueno, si encuentra alguna respuesta me la dice. Y si algún día conoce a algún discapacitado que posee atributos que le parezcan interesantes –ya que no se trata de escoger a un discapacitado sólo como moda o demostración de amplitud y tolerancia-, dele y dese una oportunidad. Tal vez sea una buena experiencia.



De; http://colectivomultitudes.wordpress.com/

Fuente; http://colectivomultitudes.wordpress.com/2011/06/15/el-amor-en-la-d...


2 comentarios :

  1. Tuve una relacion maravillosa por Internet, despues me dijo q tenia discapacidad motriz, no me importó, trate de q fuera mi pareja, pero descubri q es igual q culquier hombre q no sabe lo q quiere ni Io q tiene. Mejor sola q mal acompañada

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  2. raquel de santiago18 de abril de 2013, 15:08

    Perpetuar la especie. Aúnq no creo q sea de forma consciente, tendemos a descartar aquello q entendemos como algo frágil, cuando en realidad, y a pesar de las distintas patologías contenidas en la discapacidad, no tiene porque ser mas fragil una persona con discapacidad q uno "normal"
    Desconocimiento. Q nos hace analfabetos sociales dejandonos llevar por una impresion generalizada, por lo q oimos o nos cuentan por ahi o peor, por el temor al qué diran... sin molestarnos en descubrir por nosotros mismos las cosas para hcernos una verdadera opinion personal
    Cobardia. Porque nos da miedo lo q no conocenos y somos tan simples q estamos dispuestos a perder oportinodades maravillosas en todos los sentidos por la imaginación y el temor q no tiene porque corresponderse con la realidad.
    Esa es mi opinion aúnq siempre con pensamiento positivo y esperanza de q ese pensamiento, ese temor quede definitivamente obsoleto y seamos capaces d abrir nuestras mentes y conocer a las personas y no una imagen estandarizada de ellas.

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