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domingo, 9 de junio de 2013

LA POSTURA DEL 69, ¿POR QUÉ GUSTA TANTO?

Sexo oral simultáneo para ambos miembros de la pareja.


         La razón por la cual el llamado 69 es una de las preferidas y más excitantes posturas, radica en que no se parece a ninguna otra. Reconozcamos que se trata de una de las posturas más llamativas y deseadas porque combina excentricidad con funcionalidad. No en vano, y si se realiza sobre una superficie, resulta totalmente cómoda. En el Kama Sutra existe una variante del 69 que se practica con el hombre erguido y cargando con todo el peso de su pareja sosteniéndola por las piernas. Esta variante que se remonta siglos y siglos atrás es más apta para contorsionistas o amantes circenses que para el resto de mortales. Aunque quien se considere en plena forma puede lanzarse a la aventura… por alguna razón se encuentra en el libro del sexo por excelencia.

         Si algo tiene el 69 es que con esta postura se permite algo que con otras se nos antoja una quimera imposible: el sexo simultáneo, en el que los dos miembros de la pareja se dan placer mutuamente y al unísono. Por otro lado, dicha postura permite algo que otras no contemplan: el sexo oral. A decir verdad, pocas son las posturas que se destinan a algo más que el coito puro y duro, por lo que practicar el 69 puede ser una alternativa muy válida para los aficionados al sexo oral.

        Cuando el 69 que se practica sobre la cama o una superficie plana, los amantes pueden situarse de lado, de modo que la cabeza de cada uno de ellos quede a la altura de los genitales del otro. Si los amantes en cuestión se colocan de lado, las operaciones amatorias son de lo más sencillas, tanto para parejas de distinto sexo como del mismo. En el caso de los dúos heterosexuales, normalmente el hombre se suele colocar tumbado con la mujer encima de él. De esta manera, a ella le es más fácil realizar la felación. 


        Podría parecer, como muchas de las posiciones sexuales, que ésta es una de las más fáciles. Sin embargo, recuerden la última vez que lo practicaron. Con seguridad tardaron al menos medio minuto en acomodarse, en encontrar el lugar justo, en tratar de no golpear a su pareja con la rodilla o intentar que los pies quedaran en una posición acorde con la estatura de él o ella, perdió el otro minuto tratando de que la almohada esté perfectamente puesta bajo la nunca de la pareja que queda de espaldas en la cama y que ambos puedan tener la altura adecuada para colocar ahí la lengua, los dedos y la mirada. Y como si alguien dijera, a la una, a las dos, a las tres, a comenzar. Listo, un 69.

          En fin, no, no es nada sencillo si se quiere hacer bien, claro está. Hay momentos, segundos casi, en que me ha pasado por la cabeza, por ejemplo que esta posición no es muy sexy. Claro, eso se me olvida cuando ya estoy en la práctica total. Y esto ocurre porque nos han enseñado (a veces) cómo hacerlo, pero no qué pasa antes ni cómo salir de esa posición después (y léase, de manera sexy).

          El 69 es la postura de sexo oral en la que él hace un cunnilingus a ella, y ella al mismo tiempo hace una felación a él, de tal manera que ambos, o sus cabezas, quedarán formando un gran 69 (nunca está de más la explicación. Recuerden que ustedes alguna vez no supieron que significaba ese número).

Pero, ¿cómo comenzar entonces? 


Primero hay que ver en qué momento es necesario hacerlo. Aunque puede ser viable comenzar el acto sexual con un 69, a mí en lo particular no me gusta del todo. Yo siempre lo prefiero en la mitad del acto sexual, para descansar un poco de la penetración antes de volver intensamente al juego o cambiar de posición previo a algún juego. También prueben a hacerlo al final, cuando ambos están totalmente excitados y él quiera eyacular y tener un final feliz con su chica sobre él y la mejor vista de todas.

             Esta posición sexual, al menos en mi caso, siempre es más placentera cuando estoy verdaderamente excitada. En otros puede ser distinto. En mi caso es así. Una vez que se ha elegido el momento entremos a las posiciones: hay dos dentro de este maravilloso número. En una pareja heterosexual él estará bocarriba sobre la cama y ella sobre él de manera que su cabeza quede al nivel de su pene y su vulva en la cabeza de él. La otra postura será con ambos recostados de lado, cada uno apoyado sobre su antebrazo, de manera que tengan libre no sólo la boca sino también las manos.

           En una pareja del mismo sexo no cambia nada, sólo que en la primera posición pueden intercambiar roles. En una heterosexual se recomienda que sea siempre ella quien esté arriba (por razones de peso, tamaño, altura, etc.).

¿Cuáles serían los principios básicos de un 69? 


           Tener un preámbulo sexy para evitar lo que comentaba al inicio de este post. A veces, durante la felación, la chica puede girar de a poco para lograr esta posición. Otra forma de hacerlo es durante el coito: ella encima de él, pero en la posición de espaldas a él. Puede probar así sus dotes de jinete, pero después salirse poco a poco y retroceder con el cuerpo para lograr la misma posición.


         Maneras pueden encontrar muchas para no comenzar de manera abrupta un 69. Otro principio es antes que nada, la limpieza. Se supone que hay que ser obvios con esta aclaración, pero de verdad, y en sus comentarios para este post no me dejarán mentir: en estos casos siempre es mejor tener una pareja limpia.

            El siguiente consejo es que te abandones al placer. Ése es uno de los errores de muchas parejas cuando hacen el 69: por estar pendientes de cómo lo está haciendo él o ella, se olvidan de disfrutar y además de hacerlo bien para que el otro disfrute.

             Ella siempre deberá tener una mano libre y él... ¡deberá usar las dos! Esto porque ella siempre estará arriba y así con una mano libre podrá sostener al pene y jugar al mismo tiempo con su boca. Puede hacerlo también con ambas manos apoyadas entre las piernas de él, y tener a su boca y el movimiento de su cabeza como únicas herramientas. Esto puede ser excitante, pero cansado a veces. Lo ideal es combinar movimientos. Así ellas no morirán ahogadas con un pene el medio.

         Él deberá usar primero su lengua para lubricar los genitales de su compañera y jugar un momento. El hecho de que la vulva esté allí, abierta, no significa que ha dejado de ser sensible. Muchos hombres olvidan esto: hacen movimientos muy rápidos, chupan y no usan correctamente la lengua. Si ella siente dolor o malestar estará más enfocada en eso que en hacer una buena felación. Así que, por donde lo vean, a ninguno les conviene. Entonces, chicos, hagan todo con lentitud, no hay prisa, usen la lengua, tengan tiempo de encontrar el clítoris y de jugar suavemente con él. Pueden usar un dedo de vez en cuando y traten de lubricar siempre con su saliva.

          Aunque ya se sabe que las mujeres podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo (y aplica lo mismo para el sexo), ellos no (aplica lo mismo para el sexo). A ellos les resulta en muchas ocasiones muy difícil recibir y hacer. Por eso, las mujeres podemos ayudar en este sentido. Si notamos que han dejado de hacer un buen cunnilingus mientras estamos sobre ellos, a veces resulta interesante mover las caderas un poco para señalarle a su lengua el movimiento que queremos o más nos excita. Casi siempre funciona, además de que a ellos les encanta ver el contoneo de su mujer justo a 10 centímetros de distancia.

             Por la cercanía con el ano, los hombres pueden hacer un beso negro a sus chicas si ellas se sienten cómodas con ello y sobre todo si ha habido limpieza previa. ¡El siguiente paso y el más importante es abandonarse al placer!


Texto extraído de: Por un orgasmo diario.com

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